Los jóvenes son fuerza, creatividad, esperanza y renovación. En ellos reconocemos el dinamismo del Espíritu que sigue actuando en nuestro mundo, y por eso, como Hermanas del Ángel de la Guarda, apostamos con convicción por su acompañamiento y formación.

Creemos firmemente que cada joven es portador de un don único, de sueños que merecen ser escuchados y de una historia sagrada que merece ser acogida. Por eso, nuestra acción juvenil se centra en generar espacios seguros, fraternos y abiertos al diálogo, donde puedan expresarse libremente, crecer como personas y descubrir su vocación en la vida.

A través de grupos juveniles, encuentros, talleres, convivencias y momentos de oración compartida, buscamos construir verdaderas comunidades de vida, donde el respeto, la alegría, la fe y la solidaridad sean el centro. En estos espacios, los jóvenes no solo reciben, sino que también se convierten en protagonistas activos del cambio, capaces de transformar su entorno con amor, compromiso y esperanza.

Nuestro deseo es caminar a su lado, sembrando semillas de sentido, confianza y Evangelio.
Si estás buscando un lugar para crecer, compartir y servir… este espacio también es para ti.